jueves, 5 de septiembre de 2019

Las normas y disposiciones legales (normativa)

Definiciones
“Una norma es un documento técnico de aplicación voluntaria, fruto del consenso, basado en los resultados de la experiencia y del desarrollo tecnológico y aprobado por un organismo de normalización reconocido”.

“Las normas garantizan unos niveles de calidad y seguridad que permiten a cualquier empresa posicionarse mejor en el mercado y constituyen una importante fuente de información para los profesionales de cualquier actividad económica (AENOR)”.

Nos damos cuenta de la utilidad de las normas cuando no existen. Por ejemplo las diferentes conexiones USB entre cámaras digitales, teléfonos móviles y las diferentes marcas de los mismos. ¿Quién no se ha sentido frustrado queriendo descargar un archivo de su móvil/cámara al ordenador de un amigo o familiar y no ha podido hacerlo dado que el cable del amigo era incompatible con su móvil /cámara? Otro ejemplo de falta de normas es el que se refiere a “bases y clavijas de conexión” en diversos países.
Las normas sirven de base de acuerdo para la solución de problemas repetitivos.

Contrariamente a lo que se suele pensar, las normas no son obligatorias. “Las normas son documentos de aplicación voluntaria y únicamente pueden convertirse en legalmente obligatorias si se legisla conforme a ellas o se las refiere como obligatorias en disposiciones legales vigentes tales como reglamentos y directivas”. (AENOR)

Reglamento es un conjunto ordenado de reglas o preceptos dictados por la autoridad competente para la ejecución de una ley, para el funcionamiento de una corporación, de un servicio o de cualquier actividad. 
Basados en las normas tenemos el Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión, el Reglamento de Infraestructuras Comunes de Telecomunicación, el Código Técnico de la Edificación, etc.

Directiva es una disposición normativa de derecho comunitario que vincula a los estados de la Unión o, en su caso, al Estado destinatario en la consecución de resultados u objetivos concretos en un plazo determinado, dejando, sin embargo, a las autoridades internas competentes la debida elección de la forma y los medios adecuados a tal fin. También aquí, en relación con las normas, tenemos la Directiva de Baja Tensión, Directiva para el Marcado CE, Directiva de compatibilidad Electromagnética, Directiva para la Reducción de ciertas Sustancias Peligrosas, etc

Utilidad de la normativa.

Tanto las normas como las disposiciones legales (llamadas también NORMATIVA) fijan un mínimo de calidad, fiabilidad y duración de los productos que sirva a los fabricantes como punto de partida. Por ignorancia, ideología o mala fe a estas exigencias mínimas se las considera como “Obsolescencia Programada”. Cuando se proyecta un aparato, el equipo encargado de hacerlo tiene que saber qué duración mínima debe garantizar. Dado que es una característica que influye en el precio y no es visible, es mucho mejor que haya unos mínimos que todos deban cumplir.
Demasiadas empresas pequeñas y medianas fabrican sus productos ignorando la existencia de las normas. El argumento que utilizan es que "no pueden hacer frente a los gastos que representa disponer de las versiones actualizadas de las normas que les afectan". En este sentido, solicitan de la Administración que las normas sean gratuitas. está claro que -en el fondo- no creen que las normas sean importantes.

Todo fabricante debe estar al día de la situación de las normas porque,
  • Son claves para el acceso al Mercado (interoperabilidad, compatibilidad, funcionalidad).
  • Son el lenguaje del comercio internacional
  • Permiten la comparación técnica y económica de diferentes soluciones.
  • Proporcionan soluciones técnicas desarrolladas y aceptadas.
  • Se adecuan a las directivas en vigor.
  • Constituyen una herramienta de consenso.
  • Los aparatos certificados por los organismos autorizados (marcas de calidad) dan seguridad al mercado.
·        Muchas empresas conocen la necesidad de cumplir las normas. Comprender su utilidad y utilizarlas como herramienta comercial y de negocio ya son menos.
·   En ocasiones se arguye que las normas representan un freno a la innovación. De ningún modoNo hay nada más normalizado que la música y sin embargo cada obra es distinta. 

Si estamos trabajando en una innovación de ruptura y no hay normas disponibles, ser los primeros nos permitirá establecer un “standard de facto” que los competidores deberán seguir, hasta que se convierta en norma.

La evolución de las normas y sobre todo las directivas europeas y su trasposición a la legislación de cada país de la UE influyen en la construcción e incluso la logística de los productos.
Un fabricante que no esté al día de la evolución de la normativa puede tener serias dificultades e incluso ver a sus productos fuera del mercado

Sea directamente o a través de su asociación profesional es mejor que el fabricante participe en la evolución de las normas y disposiciones legales para evitar sorpresas desagradables y procurar que su evolución le beneficie. Siendo muy importante la utilidad técnica de las normas, su importancia comercial es aún mayor. En cada empresa debe haber una persona responsable de las normas y su seguimiento.

El sistema de gestión de la normalización.

La gestión de la normalización es un área de la empresa que:
  •          Investiga todos los aspectos de la normalización
  •          Define, recomienda e implementa estrategias.
  •          Permite ganar ventajas competitivas.
Si hablamos de una empresa exportadora, es muy importante que conozca las diferencias normativas entre las diferentes áreas geográficas, singularmente cuando participe en concursos internacionales. Las normas americanas (UL, NEMA) o canadienses son conceptualmente diferentes a las europeas y no siempre los productos europeos son adaptables con sencillas modificaciones.

Un buen conocimiento de las normas puede representar oportunidades de negocio. Si el Estado se propone redactar un nuevo reglamento será conveniente para un fabricante conocerlo antes que los demás e intentar influir en su redacción.

En los últimos años la tendencia es aumentar el número de las normas llamadas “horizontales” con respecto a las normas de producto. Piénsese en lo importante que es hoy día el conocimiento de las normas UNE 9000 de gestión de la calidad, la directiva del “Marcado CE” o la de restricción de sustancias peligrosas, entre otras muchas.

Un problema de las normas es que para su redacción por consenso se necesita, en ocasiones demasiado tiempo si lo comparamos con el desarrollo de productos como ordenadores y teléfonos móviles, normalmente innovaciones disruptivas. En estos casos se hace referencia a las “normas de facto” que impone el fabricante más importante.
En línea con lo anterior y por lo que hace a Industria 4.0, la Comisión Electrotécnica Internacional publicó en 2015 un “White Paper” que pretende fijar las necesidades globales, beneficios, conceptos y precondiciones en la fábrica del futuro identificando a la vez las tendencias de los negocios en lo que se refiere a las tecnologías relacionadas. Según la CEI, la integración de los sistemas en la fábrica del futuro solo tendrá éxito si está soportada por normas globales y basadas en el consenso.
Todo fabricante debe seguir continuamente la evolución de la normativa, intentando influir en la misma para que favorezca a sus productos o, al menos no les perjudique. Si es exportador y en caso de ofertas internacionales, deberá tener en cuenta las áreas de influencia de la normativa.
Las normas son una potente herramienta comercial

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